Aunque actualmente el tema de la inclusión suele ser bastante sensibilizador y gran parte de la población acepta y comprende que las universidades deben adoptar políticas más inclusivas, la verdad es que tanto a nivel social como educativo es un tema que se aborda más en relación con la comprensión y tolerancia más que la propia exclusividad.
Aunque existen movimientos que promueven la inclusión, algunas casas de estudio han creado ambientes que realmente cumples las condiciones necesarias para cualquier persona, la verdad es que la mayoría de las universidades no han logrado realmente apropiarse de este concepto.
La inclusión a nivel educativo debe ser un proceso capaz de responder de forma adecuada a la diversidad de las necesidades de cada uno de los individuos que forman parte del estudiantado, mediante el uso adecuado de herramientas y ofreciendo para ello las condiciones adecuadas.
Algo que realmente está muy lejos de la realidad, pese a los cambios en el sistema educativo y los esfuerzos de muchos, la reducción de exclusión a nivel educativo universitario ha sido mínima en los últimos años, ya que las personas con limitaciones indistintamente del tipo que sea, e incluso personas con ideologías o pensamientos fuera del estándar común aceptado socialmente sienten como formar parte de una casa de estudio a nivel superior representa una barrera ante ellos.
Por lo que podemos hablar de un nivel de inclusión prácticamente nulo, algo realmente inaceptable en la sociedad moderna, las casas de estudio deberían realmente preocuparse por asimilar el proceso de inclusión como parte de su sistema general, de otro modo están condenando a muchos grupos a la exclusión y trabajando en aras de un determinado sector social.